jueves, 26 de marzo de 2015

Resumen Capitulo I Afirmacion y negacion del pueblo como sujeto

EL PUEBLO-MITO:
ROMÁNTICOS VERSUS ILUSTRADOS

El romanticismo es reacción de desconcierto y fuga por el capitalismo, también reacción de lucidez y crítica frente al racionalismo ilustrado.
El pueblo, a quien hace referencia este fragmento, plantea una búsqueda de un nuevo sistema de legitimación siendo de alguna forma una amenaza contra las instituciones políticas, pues el pueblo designa una verdadera sociedad de una forma voluntaria y manteniendo la opinión pública, aquella que se conoce como mentalidad popular.
Se hace un análisis respecto a la conceptualización del pueblo y la importancia que conlleva la cultura en el desarrollo de este, iniciando desde el periodo de la Ilustración, llegando así al Romanticismo, donde mencionan tres aspectos para el progreso de la cultura: exaltación revolucionaria, el surgimiento y reacción contra la ilustración, y de esta forma el movimiento en el que se desarrolla la igualdad es en el Romanticismo. Aparecen nuevas culturas Folklore y Volkskunde, la primera captando la coexistencia de dos mundos y la segunda captando la relación entre dos estratos o niveles geológicos de la sociedad.


PUEBLO Y CLASE: DEL ANARQUISMO AL MARXISMO

La idea de pueblo gesta el movimiento romántico que va a sufrir a lo largo del siglo XIX una disolución completa: por una parte el lado izquierdo está el concepto de clase social y EL derecho el de  masa, de aquí se parte para el análisis de la operación de disolución.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX se rige un debate entre anarquías y marxistas, por una parte el anarquismo inscribe rasgos de la concepción romántica haciendo un proyecto y unas prácticas revolucionarias, el marxismo al contrario realizara un ruptura completa con lo romántico, no posee rasgos de la racionalidad ilustrada, esta será la entrada a la ruptura del culturalismode los románticos que quieren politizaro poner al descubierto la relación de la forma de ser  y de la idea del pueblo, de acuerdo a la división de las sociedades en clases y la opresión de las mismas populares y la burguesía. Los marxistas y anarquistas  comparten una idea de que lo popular tiene un origen social y estructural de la opresión y la conformidad.  Los ilustrados son la ignorancia y la superstición,esto son efectos de la miseria social de las clases populares que son la parte vergonzosa y que tratan de ocultar las nuevas sociedades. Pero ello ha hecho que el arte de los populares se vuelva el alma y una huella en la historia que se vuelva un gesto de opresión y lucha constante, borrando y dejando a un lado la tradición.

ASUNCIÓN DE LO POPULAR EN LOS MOVIMIENTOS ANARQUISTAS
La concepción anarquista de lo popular se sitúa a medio camino entre la afirmación romántica y la negación marxista, por un lado el pueblo libertario sobresale por el enfrentamiento y su lucha contra la burguesía, pero los anarquistas se niegan a identificarlo con el proletariado en el sentido de restricción que tiene contra el marxismo , ello la relación constitutiva del sujeto social del enfrentamiento y la lucha no es para los libertarios un relación con los medios de producción sino una relación con la opresión.
la propuesta bakuniniana trata de entender el proletariado no como un sector o una parte de la sociedad victimizada por el estado, sino como "la masa de losdesheredados". Y en ese sentido Pitt Rivers  afirma que el concepto de pueblo se convirtió en la piedra angular de la política anarquista. De aquí entonces el sujeto de la acción política se carga de unos rasgos románticos  y solo ahora da una significación diferente (la verdad y la belleza) natural, que los románticos descubrieron en el pueblo y lo definen como virtudes naturales y lo adoptaron como su instinto de justicia, su fe en la revolución como único modo de conquistar su dignidad.
Los románticos tiene una idealización de las virtudes justicieras del pueblo y aunque él hace parte de una sana sociedad luchadora. Sigue patente la clara ruptura que ha conservado el pueblo, por su capacidad de transformar el presente y seguir hacia el futuro; también los libertarios siguen pensando en modo de la lucha por la gestación del pueblo, además de implicar en la lucha a todos los sujetos de la opresión,es ver como imponen resistencia e impugnación con toda clase de personas desde los niños, adultos y ancianos hasta los delincuentes, esto era lo que querían los libertarios, estaban priorizando y dándole valor instrumental a esta cotidianidad que implica una lucha implícita e informal para el marxismo y a través de la memoria de las luchas los anarquistasconectan con la cultura popular.
En los últimos años se ha estudiado a los anarquistas por como asumieron las coplas, las novelas, folletín, los evangelios, la caricatura o la literatura colectiva de los periódicos, para así empezar a forjar la relación entre pueblo y cultura, y en primera medida crear una imagen de percepción de la cultura, viendo no solo la manipulación sino de conflicto y así transformar los medios de liberación en diferentes expresiones o prácticas culturales. Aquí se materializa y comienza a promover instituciones de educación obrera y sensibilidad pedagógica.
Los anarquistas estaban en contra de la obra maestra y los museos no por un insano amor de la destrucción como piensan sus críticos, sino por militar en favor de un arte en situación, concepto que surge de trasladar al espacio estético su concepto político de la acción directa.los anarquistas querían un arte de la sociedad, de la justicia del pueblo.
Para los románticos la estética es un arte autoritario basado en la espontaneidad y la imaginación; la anti romántica no cree en esa misma estética, no cree en un arte que se limite a expresar la subjetividad individual, lo que hace un auténtico arte es su capacidad de expresar la voz colectiva. En este sentido es realista el poner la cotidianidad en relación con el conflicto que lo lleva a escoger la cara visible de la experiencia, la realidad física de la miseria.
"Chaplin ha visto siempre al proletario bajo los rasgos del pobre, de allí surge la fuerza humana de sus representaciones pero también su ambigüedad política".

DISOLUCION DE LO POPULAR EN EL MARXISMO

El proletariado se define como clase exclusivamente por la contradicción antagónica que la constituye en el plano de las relaciones de producción: el trabajo frente al capital. De ahí que no podrá hablarse de clase obrera sino en el capitalismo, ni de movimiento obrero antes de la aparición de la gran industria. La explicación de la opresión y la estrategia de la lucha se sitúan así en un solo y único plano: el económico, el de la producción. Todos los demás planos o niveles o dimensiones de lo social se organizan y adquieren su sentido a partir de las relaciones de producción. Y toda concepción de lucha social que no se centre ahí, que no parta y se dirija a ese centro, es tramposa, desvía y obstaculiza. la certeza teórica y la claridad política se reforzarán mutuamente, ya que lo que el marxismo plantea aspira a rebasar los límites del pensar y se presenta como el movimiento mismo de la historia, hecho consciencia en la clase capaz de realizar su sentido. Frente a la variedad de niveles y planos de lucha, frente a la "ambigüedad" política en que se movían los anarquistas, el marxismo aportaba unidad de criterio y un plus de claridad que venía en últimas de depender la experiencia del movimiento que era lo primordial entre los anarquistas— al análisis-confrontación de la situación con la doctrina. La componente racionalista rompía definitivamente con los residuos de romanticismo que aun tenían los libertarios.
Desde hace unos pocos años la cuestión sin embargo ha vuelto a plantearse desde la izquierda. En Europa, a través de la reescritura de la historia del movimiento obrero que como en el caso de E.P. Thompson plantea explícitamente la imposibilidad histórica de separar tajantemente la lucha obrera de las "luchas plebeyas", de manera que hacer historia de la clase obrera implica necesariamente hacer historia de la cultura popular.
A grandes rasgos lo que empieza a plantearse como no pensable desde la negación efectuada por el marxismo ortodoxo del concepto de pueblo es, en primer lugar, esa otra "determinación objetiva", ese otro polo de la contradicción dominante que, según E. Laclau, se sitúa no en el plano de las relaciones de producción, sino en el de las formaciones sociales, y que se constituye "en el antagonismo que opone el pueblo al bloque en el poder". Ese antagonismo da lugar a un tipo específico de lucha, la lucha "popular-democrática".
La negación de lo popular no es sólo temática, no se limita a desconocer o condenar un determinado tipo de temas o problemas, sino que pone al descubierto la dificultad profunda en el marxismo para pensar la cuestión de la pluralidad de matrices culturales, la alteridad cultural. Reducida ya en Marx al problema de los modos precapitalistas de producción, cuyo paradigma estaría en el "modo de producción asiático" reducción que R. Bahro no duda en colocar como un problema de etnocentrismo, la cuestión pierde su sentido y la perspectiva teórica, cuando se introduce, quedará anclada en el evolucionismo primario de Morgan.

El afán de referir y explicar la diferencia cultural por la diferencia de clase impedirá pensar la especificidad de los conflictos que articula la cultura y de los modos de lucha que desde ahí se producen; "el papel de las identidades sociocultares como fuerzas materiales en el desarrollo de la historia". Y por tanto su capacidad de convertirse en matrices constitutivas de sujetos sociales y políticos, tanto en el intercambio o enfrentamiento entre formaciones sociales diferentes como al interior de una formación social.




miércoles, 18 de marzo de 2015

De los medios a las mediaciones

Introducción:

Este libro proviene de un largo camino en donde se pasó por muchos estudios el principal es el campo de la massmediación, de sus dispositivos de producción y sus rituales de consumo, sus aparatajes tecnológicos y sus puestas en espectáculo, sus códigos de montaje, de percepción y reconocimiento.
Durante un tiempo el trabajo consistió en indagar cómo nos manipula ese discurso que a través de los medios masivos nos hace soportable la impostura, cómo la ideología penetra los mensajes imponiéndole desde ahí a la comunicación la lógica de la dominación. Atravesé sodolingüísticas y semióticas, llevé a cabo lecturas ideológicas de textos y de prácticas, y dejé muestra y constancia de todo ello en un libro que titulé, sin ocultar las deudas, Comunicación masiva: discurso y poder.
Sospechamos que la imagen del proceso en la que no cabían más figuras que las estratagemas del dominador, en la que todo transcurría entre unos emisores-dominantes y unos receptores-dominados sin el menor indicio de seducción ni resistencia, y en la que por la estructura del mensaje no atravesaban los conflictos ni las contradicciones y mucho menos las luchas.

los procesos políticos y sociales de esos años —regímenes autoritarios en casi toda América del Sur, cercadas luchas de liberación en Centroamérica, emigraciones inmensas de hombres de la política, el arte y la investigación social— destruyendo viejas seguridades y abriendo nuevas brechas nos enfrentaron a la verdad cultural de estos países: al mestizaje que no es sólo aquel hecho racial del que venimos, sino la trama hoy de modernidad y discontinuidades culturales, de formaciones sociales y estructuras del sentimiento, de memorias e imaginarios que revuelven lo indígena con lo rural, lo rural con lo urbano, el folklore con lo popular y lo popular con lo masivo.

De los medios a las medicaciones

Prologo:

Este es uno de los libros más indispensables en los noventa. Al proponerse entender a esas industrias de las respuestas y la consolación que son los medios masivos, que no solo se dedica a asediarlas con preguntas y preguntas;  si no por el contrario se dedica a cambiar los interrogantes que habían organizado los estudios sobre la comunicación en los años precedentes.
Los pioneros en la investigación de los medios  trataban de saber cómo estos manipulaban las audiencias, la expansión de la radio, el cine y la televisión los llevo a creer que llegaron a sustituir las tradiciones, creencias y solidaridades históricas, por nuevas formas de control social. Este libro esta aparte estos supuestos. Desde un punto de vista menos ingenuo de cómo cambian las sociedades con las nuevas tecnologías, indaga como se fue desarrollando la masificación antes de llegada de los medios electrónicos. Por medio de la escuela, iglesia, literatura de cordel, el melodrama, la organización masiva de la producción industrial y del espacio urbano.
Al decir que las sociedades modernas fueron teniendo los rasgos de los que se culpa a los medios mucho antes de que éstos actuaran, se desmoronan varios lugares comunes del aristocratismo y del populismo. La cultura contemporánea no puede desarrollarse sin los públicos masivos, ni la noción de pueblo —que nace como parte de la masifícación social— puede imaginarse como un lugar autónomo. Ni la cultura de élite, ni la popular, hace tiempo incorporado al mercado y a la comunicación industrializada, son reductos incontaminados desde los cuales se pudiera construir otra modernidad ajena al carácter mercantil y a los conflictos actuales por la hegemonía.
Para cumplir estos objetivos la obra de Martín Barbero atraviesa varias disciplinas. Puesto que desplaza el análisis de los medios a las mediaciones sociales, no es sólo un texto de comunicación. Bien informado de la renovación actual de los estudios sociológicos,: antropológicos y políticos, parece un libro escrito para confundir a los bibliotecarios.
La democratización de las sociedades contemporáneas sólo es posible a partir de la mayor circulación de bienes y mensajes. Esta facilidad de acceso no garantiza que las masas comprendan lo que sucede, ni que vivan y piensen mejor. La modernidad, y el contradictorio lugar de los pueblos en ella, son más complica- dos que lo que suponen las concepciones pedagógicas y voluntaristas del humanismo político.
¿Dónde encontrar ahora los argumentos para ese optimismo? Martín Barbero se aleja del indigenismo y el populismo, y considera que las esperanzas nuevas se afincan más bien en los sectores populares urbanos. En las "solidaridades duraderas y personalizadas" de la cultura barrial y de los grupos artísticos, en los graffitis y en la música juvenil, en los movimientos de mujeres y de pobladores pobres, ve los resortes de una "institucionalidad nueva, fortaleciendo la sociedad civil". Se pueden hacer a esos agolpamientos críticas semejantes a las destina- das a los movimientos populares tradicionales, porque también reproducen estereotipos y jerarquías injustas de la cultura hegemónica. Sin embargo, el conocimiento de sus hábitos de consumo y apropiación de las industrias culturales, así como de las formas propias de organización de la cultura cotidiana, son algunos de los caminos para pasar de las respuestas que fracasaron a las preguntas que renueven las ciencias sociales y las políticas liberadoras.
Néstor García Canclini

Biografía: Jesús Martín Barbero

Jesús Martín Barbero:

Jesús Martín Barbero nacido en Ávila España en 1937, vivió en Colombia en 1963 y en 2003 recibió su nacionalidad colombiana, pero por cuestiones de trabajo reside en diferentes lugares del mundo.
Es semiólogo, antropólogo y filósofo, experto en investigación y teorías de  comunicaciones en medios.
Estudios: posgrado en antropología y semiótica en parís, principalmente enfocado a la  investigación.
Trabajos: Fundó el Departamento de ciencias de la comunicación de la Universidad del Valle, ha sido presidente de la Asociación latinoamericana de investigadores de la comunicación y miembro activo de la Federación latinoamericana de facultades de comunicación social. trabajo como investigador asociado en la Universidad Complutense de Madrid y como profesor en la Cátedra Unesco de la Universidad autónoma de Barcelona, en la Universidad de Stanford y en la Escuela nacional de antropología e historia de México, actualmente  profesor filosófico de la universidad de Lovaina.
Martin barbero es reconocido por su comprensión de símbolos mensajes y espacios en el mundo, utilizo espacios verdaderos de Latinoamérica donde hace sus estudios para generar pensamiento, además ha escrito teorías de investigación su libro mas reconocido e importante De los medios a las mediaciones, también ha escrito artículos para revistas prestigiosas en Colombia e internacionales, se ha convertido en uno de los teóricos mas respetados en el campo de comunicación en todo el mundo.

Libros: De los medios a las mediaciones, comunicación masiva: discurso y poder, comunicación educativa y didáctica audiovisual, comunicación y culturas populares en Latinoamérica, procesos de comunicación y matrices de cultura, televisión y melodrama entre otros.