EL PUEBLO-MITO:
ROMÁNTICOS VERSUS
ILUSTRADOS
El romanticismo es reacción de desconcierto y fuga
por el capitalismo, también reacción de lucidez y crítica frente al
racionalismo ilustrado.
El pueblo, a quien hace referencia este fragmento,
plantea una búsqueda de un nuevo sistema de legitimación siendo de alguna forma
una amenaza contra las instituciones políticas, pues el pueblo designa una
verdadera sociedad de una forma voluntaria y manteniendo la opinión pública,
aquella que se conoce como mentalidad popular.
Se hace un análisis respecto a la conceptualización
del pueblo y la importancia que conlleva la cultura en el desarrollo de este,
iniciando desde el periodo de la Ilustración, llegando así al Romanticismo,
donde mencionan tres aspectos para el progreso de la cultura: exaltación
revolucionaria, el surgimiento y reacción contra la ilustración, y de esta
forma el movimiento en el que se desarrolla la igualdad es en el Romanticismo.
Aparecen nuevas culturas Folklore y Volkskunde, la primera captando la
coexistencia de dos mundos y la segunda captando la relación entre dos estratos
o niveles geológicos de la sociedad.
PUEBLO
Y CLASE: DEL ANARQUISMO AL MARXISMO
La idea de pueblo gesta el movimiento romántico que
va a sufrir a lo largo del siglo XIX una disolución completa: por una parte el
lado izquierdo está el concepto de clase social y EL derecho el de masa, de aquí se parte para el análisis de la
operación de disolución.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX se rige
un debate entre anarquías y marxistas, por una parte el anarquismo inscribe
rasgos de la concepción romántica haciendo un proyecto y unas prácticas
revolucionarias, el marxismo al contrario realizara un ruptura completa con lo
romántico, no posee rasgos de la racionalidad ilustrada, esta será la entrada a
la ruptura del culturalismode los románticos que quieren politizaro poner al
descubierto la relación de la forma de ser
y de la idea del pueblo, de acuerdo a la división de las sociedades en
clases y la opresión de las mismas populares y la burguesía. Los marxistas y
anarquistas comparten una idea de que lo
popular tiene un origen social y estructural de la opresión y la
conformidad. Los ilustrados son la
ignorancia y la superstición,esto son efectos de la miseria social de las
clases populares que son la parte vergonzosa y que tratan de ocultar las nuevas
sociedades. Pero ello ha hecho que el arte de los populares se vuelva el alma y
una huella en la historia que se vuelva un gesto de opresión y lucha constante,
borrando y dejando a un lado la tradición.
ASUNCIÓN DE LO POPULAR EN LOS MOVIMIENTOS
ANARQUISTAS
La concepción anarquista de lo popular se sitúa a
medio camino entre la afirmación romántica y la negación marxista, por un lado
el pueblo libertario sobresale por el enfrentamiento y su lucha contra la
burguesía, pero los anarquistas se niegan a identificarlo con el proletariado
en el sentido de restricción que tiene contra el marxismo , ello la relación
constitutiva del sujeto social del enfrentamiento y la lucha no es para los
libertarios un relación con los medios de producción sino una relación con la
opresión.
la propuesta bakuniniana trata de entender el
proletariado no como un sector o una parte de la sociedad victimizada por el
estado, sino como "la masa de losdesheredados". Y en ese sentido Pitt
Rivers afirma que el concepto de pueblo
se convirtió en la piedra angular de la política anarquista. De aquí entonces
el sujeto de la acción política se carga de unos rasgos románticos y solo ahora da una significación diferente
(la verdad y la belleza) natural, que los románticos descubrieron en el pueblo
y lo definen como virtudes naturales y lo adoptaron como su instinto de
justicia, su fe en la revolución como único modo de conquistar su dignidad.
Los románticos tiene una idealización de las
virtudes justicieras del pueblo y aunque él hace parte de una sana sociedad
luchadora. Sigue patente la clara ruptura que ha conservado el pueblo, por su
capacidad de transformar el presente y seguir hacia el futuro; también los
libertarios siguen pensando en modo de la lucha por la gestación del pueblo,
además de implicar en la lucha a todos los sujetos de la opresión,es ver como
imponen resistencia e impugnación con toda clase de personas desde los niños,
adultos y ancianos hasta los delincuentes, esto era lo que querían los
libertarios, estaban priorizando y dándole valor instrumental a esta
cotidianidad que implica una lucha implícita e informal para el marxismo y a
través de la memoria de las luchas los anarquistasconectan con la cultura
popular.
En los últimos años se ha estudiado a los
anarquistas por como asumieron las coplas, las novelas, folletín, los
evangelios, la caricatura o la literatura colectiva de los periódicos, para así
empezar a forjar la relación entre pueblo y cultura, y en primera medida crear
una imagen de percepción de la cultura, viendo no solo la manipulación sino de
conflicto y así transformar los medios de liberación en diferentes expresiones
o prácticas culturales. Aquí se materializa y comienza a promover instituciones
de educación obrera y sensibilidad pedagógica.
Los anarquistas estaban en contra de la obra maestra
y los museos no por un insano amor de la destrucción como piensan sus críticos,
sino por militar en favor de un arte en situación, concepto que surge de
trasladar al espacio estético su concepto político de la acción directa.los
anarquistas querían un arte de la sociedad, de la justicia del pueblo.
Para los románticos la estética es un arte
autoritario basado en la espontaneidad y la imaginación; la anti romántica no
cree en esa misma estética, no cree en un arte que se limite a expresar la
subjetividad individual, lo que hace un auténtico arte es su capacidad de
expresar la voz colectiva. En este sentido es realista el poner la cotidianidad
en relación con el conflicto que lo lleva a escoger la cara visible de la
experiencia, la realidad física de la miseria.
"Chaplin ha visto siempre al proletario bajo
los rasgos del pobre, de allí surge la fuerza humana de sus representaciones
pero también su ambigüedad política".
DISOLUCION
DE LO POPULAR EN EL MARXISMO
El proletariado se define como clase exclusivamente
por la contradicción antagónica que la constituye en el plano de las relaciones
de producción: el trabajo frente al capital. De ahí que no podrá hablarse de
clase obrera sino en el capitalismo, ni de movimiento obrero antes de la aparición
de la gran industria. La explicación de la opresión y la estrategia de la lucha
se sitúan así en un solo y único plano: el económico, el de la producción.
Todos los demás planos o niveles o dimensiones de lo social se organizan y
adquieren su sentido a partir de las relaciones de producción. Y toda
concepción de lucha social que no se centre ahí, que no parta y se dirija a ese
centro, es tramposa, desvía y obstaculiza. la certeza teórica y la claridad
política se reforzarán mutuamente, ya que lo que el marxismo plantea aspira a
rebasar los límites del pensar y se presenta como el movimiento mismo de la historia,
hecho consciencia en la clase capaz de realizar su sentido. Frente a la variedad
de niveles y planos de lucha, frente a la "ambigüedad" política en
que se movían los anarquistas, el marxismo aportaba unidad de criterio y un
plus de claridad que venía en últimas de depender la experiencia del movimiento
que era lo primordial entre los anarquistas— al análisis-confrontación de la
situación con la doctrina. La componente racionalista rompía definitivamente
con los residuos de romanticismo que aun tenían los libertarios.
Desde hace unos pocos años la cuestión sin embargo
ha vuelto a plantearse desde la izquierda. En Europa, a través de la
reescritura de la historia del movimiento obrero que como en el caso de E.P.
Thompson plantea explícitamente la imposibilidad histórica de separar
tajantemente la lucha obrera de las "luchas plebeyas", de manera que
hacer historia de la clase obrera implica necesariamente hacer historia de la
cultura popular.
A grandes rasgos lo que empieza a plantearse como no
pensable desde la negación efectuada por el marxismo ortodoxo del concepto de
pueblo es, en primer lugar, esa otra "determinación objetiva", ese
otro polo de la contradicción dominante que, según E. Laclau, se sitúa no en el
plano de las relaciones de producción, sino en el de las formaciones sociales,
y que se constituye "en el antagonismo que opone el pueblo al bloque en el
poder". Ese antagonismo da lugar a un tipo específico de lucha, la lucha
"popular-democrática".
La negación de lo popular no es sólo temática, no se
limita a desconocer o condenar un determinado tipo de temas o problemas, sino
que pone al descubierto la dificultad profunda en el marxismo para pensar la
cuestión de la pluralidad de matrices culturales, la alteridad cultural.
Reducida ya en Marx al problema de los modos precapitalistas de producción,
cuyo paradigma estaría en el "modo de producción asiático" reducción
que R. Bahro no duda en colocar como un problema de etnocentrismo, la cuestión
pierde su sentido y la perspectiva teórica, cuando se introduce, quedará
anclada en el evolucionismo primario de Morgan.
El afán de referir y explicar la diferencia cultural
por la diferencia de clase impedirá pensar la especificidad de los conflictos
que articula la cultura y de los modos de lucha que desde ahí se producen;
"el papel de las identidades sociocultares como fuerzas materiales en el
desarrollo de la historia". Y por tanto su capacidad de convertirse en matrices
constitutivas de sujetos sociales y políticos, tanto en el intercambio o
enfrentamiento entre formaciones sociales diferentes como al interior de una
formación social.